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RENOVAR EL 19 DE MARZO: Consejos jurídicos prácticos para preparar la salida del Opus Dei

 renovar incorporacion opus dei 19 marzo

19 DE MARZO, CADA UNO A LO SUYO

Publicado originalmente en Opuslibros.org

Queridos todos:

A continuación os expongo unos breves consejos para quien esté planteándose irse de la Obra. Son fruto de la experiencia personal. Pueden parecer medidas frías y calculadas, pero cuando uno toma conciencia de a qué se está enfrentando, son del todo necesarias para evitar salidas traumáticas.

1º NUNCA COMUNICAR LA INTENCIÓN DE DEJAR LA OBRA. Esto hay que hacerlo una vez que se ha preparado el plan de huida.

2º ABRIR UNA CUENTA CORRIENTE A TU NOMBRE. Hay que tener la prudencia de indicar que no se envíe correspondencia bancaria de esa cuenta, sino que el correo se recogerá en la propia sucursal. Es preciso contar con medios económicos para afrontar la salida de la Obra. Si los ingresos percibidos del trabajo son siempre fijos, habrá que acudir a ayuda de familiares, o a la justificación de gastos extraordinarios.

3º BUSCAR ALOJAMIENTO. Hay que tener preparado un lugar al que acudir una vez dejado el Centro.

4º ANULAR CHEQUES FIRMADOS EN BLANCO. Acudiremos a nuestra sucursal para anular todos los talonarios que se encuentren en posesión del Secretario firmados por nosotros.

5º REALIZAR NUEVO TESTAMENTO. Si ya se ha otorgado testamento en favor de la Obra o sus iniciativas, hay que acudir al Notario, para realizar un nuevo testamento dejando los anteriores sin efecto.

6º NO LEVANTAR SOSPECHAS. Hay que esmerarse durante las últimas semanas en no levantar sospechas, siendo especialmente puntuales en la Charla fraterna y la Confesión.

7º COMUNICAR LA DECISIÓN. Si aún no se ha hecho la fidelidad, bastará que llegado el día 18 de marzo se indique que no se va a renovar la Oblación. Esta decisión hay que comunicarla de manera inapelable. No entrar a dialogar ni a discutir. Conviene ser especialmente diplomático, pero firme: que no quepa ninguna duda. Si ya se ha realizado la Fidelidad, cualquier momento es bueno, aunque mejor no hacerlo en vísperas de fechas vacacionales, pues la excusa para retenerte puede ser que hay que tramitar la dispensa y, claro con las vacaciones encima va a tardar. No obstante, mientras se tramita la dispensa de Roma, no hay obstáculo legal alguno en no vivir en un Centro, bajo el argumento de que en esa situación vivir en el Centro es contraproducente y se puede crear mal ambiente. Nunca aceptar ir a un Curso de retiro o Anual para replantearse nada.

8º REVISAR NUESTRA SITUACIÓN PATRIMONIAL. Una vez hecho esto, hay que revisar el estado del patrimonio que pudiéramos tener al objeto de comprobar que todo sigue en orden. Ante cualquier duda: acudir a un abogado.

9º EL CORREO ES INVIOLABLE. Desde un punto de vista jurídico tengo mis dudas sobre si una autorización tácita y general puede llegar a ser legal, hasta el extremo de que en virtud de la misma el Director tenga la facultad de leer todo tipo de correo entrante o saliente. Sería conveniente denunciar los excesos.

Merlos

febrero 27, 2008 at 1:11 pm Deja un comentario

MALOS (¿o buenos?) TIEMPOS SOPLAN PARA EL OPUS DEI

Publicado originalmente en Opuslibros.org

Malos -para mí que buenos- tiempos soplan para la Obra (la Firma, la Compañía, la Marca, el establisment, el kukusklan) y por ende a sus súbditos, que no saben dónde estuvieron ni dónde están ni dónde estarán. Cuando hablo de súbditos me refiero a numerarios, agregados y a algunos supernumerarios, en sus vertientes masculina y femenina. Los sacerdotes ya no saben si pertenecer a la Sociedad de la Santa Cruz es lo mismo que ser del Opus Dei y los sacerdotes numerarios tampoco saben qué tiene qué ver que un día se comprometieran a ser laicos y de la noche a la mañana se vieran ordenados en virtud de la obediencia o generosidad. Tienen tal lío cada uno de los pocos seres pensantes que quedan ahí (los muchos más que en su día fueron seres pensantes, de los pocos que quedan, ahora son seres durmientes que con tomarse las pastillas para «perseverar» ya tienen suficiente), que el «exceso de realidad» de lo que ven y viven -más la lectura de Opuslibros-, les cruje y les sobrepasa. «¿Pero dónde estoy?», se dicen. «¿Cómo me engañaron tan fácilmente?»…

No quisiera estar en la piel de Prelado ni de los consejeros y delegados de la «labor de san Miguel»: ya no les quedan respuestas a no ser la repetidas como autómatas y que, afortunadamente, los que van en busca de ellas también se las saben: «no cuela», les dicen; «¿no tienes otra respuesta nueva?». El castillo de naipes se desmorona y la Obra se vacía. No hay directores capaces de resistir tanto desencanto/desencuentro porque ya no les sirven las frases estereotipadas para retener a otros, sino que no les sirven para retenerse a ellos mismos. Se van consejos locales en pleno cada curso… Los sustituyen con otros directores que se van también en pleno al curso siguiente.

Cambian a un sacerdote numerario que se bajó a la realidad con los que «se van» y de paso destrozan un centro de supernumerarios porque el que le sustituye es un «talibán» recién ordenado que no tiene ni idea de qué ha sido la historia de ese centro ni de sus personas/almas que en él se formaron y se desencantaron. Los que resisten ponen su esperanza en «un milagro».

Pero los milagros de fondo y de raíz no se dan. Hubo un «milagro» hace poco más de 10 años: ¡¡las numerarias ya pueden llevar pantalones!!. Ufff!: ¡qué cambio tan radical y fundamental!. Ningún «milagro» en cuanto a la guarda de la confidencia en la dirección espiritual, tampoco ninguno en cuanto a la coacción a adolescentes, ninguno a quererse como hermanos, menos aún en no hacer infelices a sus «fieles» (antes «socios» y ahora según el Código de Derecho Canónico sobre las Prelaturas Personales, simple y llanamente «cooperadores»). Desgraciadamente para el Opus Dei y sus súbditos, los milagros sólo se dan para las que pierden su dentadura postiza en una playa y se la encuentra un pescador al día siguiente. Escrivá se ha convertido en un santo milagrero de «lo ordinario». Él, que tan poco de ordinario quería aparentar, ¿quién se lo iba a decir?

«La Obra» = «la Firma»=  «la Tapadera», es un cadáver en descomposición -afortunadamente para unos y desgraciadamente para otros a los que ‘la historia de una decepción sólo es una verdad conocida antes de tiempo’ (Milan Kundera)-. Ordenan presbíteros (sacerdotes) que se irán en pocos años y a los que echaremos una mano en Opuslibros (sus ex-hermanos) pero no el Opus Dei (su «familia sobrenatural con lazos más fuertes que los de la sangre» -sic. Escrivá-. Qué idiotez -la de Escrivá y sus sucesores- tan desconocedora de la realidad y de la mínima psicología). Una «familia» no se crea a raíz de la designación de las 8 o 10 personas que van a vivir en un centro, por decreto, criterio, praxis, norma o costumbre. ¿Por qué tantas pastillas para sobrevivir? ¿Por qué tanta depresión? ¿Por qué se ha dado recientemente «el criterio» de que se les dispense de la vida de familia a tantos y a tantas numerarios y numerarias? ¿Por qué hay tantos y tantas numerarias que ahora viven como agregados y agregadas sin una llamada de parte del centro al que siguen perteneciendo para ver cómo están? Porque los centros de numerarias y numerarios son un caos, un «sálvese quien pueda» a costa de amargarle la vida al resto, un verdadero artificio donde cada una/uno busca su válvula de escape con tal de no llegar a punto a la hora de la tertulia de la comida (en la actualidad prácticamente inexistente) o de llegar a los últimos minutos de la tertulia de la noche (para hacer acto de presencia y a continuación irse a su habitación donde pueden hablar por el teléfono móvil con sus amistades reales, entrar en internet para descargarse películas y participar en chats, y por supuesto, olvidarse de que están en el Opus).

Me dice un sacerdote que las válvulas de escape para las numerarias/os -imagino que también para las agregadas/os- son actualmente el vestir (ir a la última moda), la comida y bebida, un buen coche… Todo muy sobrenatural. Yo no voy a juzgarlos ni mucho menos, puesto que me parece muy lógico que tengan «razones para vivir y no para morir», sean sus válvulas de escape las que sean. Yo también tengo mis válvulas de escape que pueden coincidir o no. Una vez que ya estoy fuera de la obra y no tengo que dar cuenta a ningún director de turno, hago lo que quiero y me da la gana, pero de verdad. Lo triste creo yo para compensar una vida de sufrimiento que Dios no envía, es tratar de sobrevivir en un mundo artificial donde una familia no es una familia, donde la pobreza no existe sino para los que trabajan en las labores internas, donde el celibato sigue siendo obligatorio para las mujeres numerarias/agregadas pero perdonado para los numerarios/agregados (ellos no se embarazan y siempre serán «ellas» las que les han provocado…).

Los que siguen dentro saben lo que hay. Los que los «dirigen», también. Sólo queda esperar para saber quién saldrá antes: si el dirigido o el director. No hace falta discurrir mucho: el director. Y así andan, que no saben a quién poner en los consejos locales puesto que «el exceso de realidad» les anula para las labores de gobierno. Y como la dirección espiritual se confunde con las labores de gobierno y uno ya no sabe dónde está ni por qué está ni mucho menos sabe hacerse uno con el otro para ayudarle, lo que fue el Titanic-Opus ahora es una barquichuela rota. Como escribió Lope de Vega: «pobre barquilla mía, entre peñascos rota, sin velas desvelada, y entre peñascos, sola».

Una mentira no se puede perpetuar «in aeternum» y al opus le llegó la hora de dar cuenta a sus propios «fieles». Los «fieles» ya no comulgan con ruedas de molino. El prelado y su séquito tienen bastantes cuentas que dar, no ya a los que nos fuimos sino a los que aún están dentro. Que el regreso al mundo real les sea leve y sufran lo menos posible. Ojalá se den cuenta pronto que ellos no fueron los que fallaron y que tiene muchos años de vida por delante para ser de verdad, cristianos corrientes en medio del mundo.

Un saludo,

Compaq

febrero 23, 2008 at 10:45 pm 1 comentario

EL OPUS DEI, INVESTIGADO POR ROMA: Benedicto XVI ordena a dos visitadores canónicos examinar la Prelatura

Fuente: RD Religión Digital Lunes, 21 de enero 2008

¿Se acabó la buena estrella de la Obra en Roma? Según informaciones fiables, la Santa Sede ha decidido abrir una investigación sobre la naturaleza y actividades del Opus Dei, meses después de que fueran investigados los Legionarios de Cristo, cuyo Fundador y Presidente, el padre Maciel, fuese apartado de su cargo y recriminado por sus conocidas actividades pederastas.  La investigación sobre el Opus, conocida eclesiásticamente como visita canónica, será realizada por dos visitadores, uno italiano y otro español.

En bastantes ocasiones, el Opus ha sido criticado, dentro y fuera de la Iglesia, por su extremado secretismo, sus actividades proselitistas con menores de edad, y sus peculiares formas de confundir la dirección espiritual con la confesión sacramental, entre otros cargos. En Roma, se especula que la visita canónica vaticana tiene que ver con estas y otras actividades «sospechosas».

La peculiar estructura canónica del Opus, su carácter de Prelatura personal, le permite no dar explicaciones a los obispos territoriales sino directamente al Papa. Ello ha hecho posible que los directivos de la institución hayan podido gozar de una libertad ilimitada en la conducción de sus negocios, en virtud de las buenas relaciones que sostenían con el anterior Papa.

Es conocido como el Opus fue utilizado por el Papa Juan Pablo II en sus dos grandes operaciones: la desactivación del Concilio Vaticano II y la transformación política de los países comunistas. De hecho, el Opus Dei estuvo bastante implicado en la ayuda económica que recibió de Roma el Sindicato polaco Solidaridad.

Pero el Papa actual, aunque también conservador, no tiene particulares lazos de amistad con el Opus y se caracteriza por una preocupación notable por la disciplina eclesiástica, en todas sus esferas. La crítica al Opus, interna y externa a la Iglesia, ha sido constante y una de sus expresiones fue la carta entregada al Vaticano suscrita por medio centenar de exsocios hace un año. Ahora, el Vaticano investiga a la Obra.

enero 21, 2008 at 9:26 pm 1 comentario

EL VATICANO DECIDE INVESTIGAR AL OPUS DEI

 Querida Agustina [coordinadora de Opuslibros.org]:

He recibido una información de  fuentes fiables del Vaticano, según la cual el opus va a recibir una visita canónica. Esto significa que el Vaticano va a investigar al opus. Aún no se han hecho públicos los nombres de los visitadores, se sabe que uno es español y otro italiano, pero la decisión de investigar ya se ha tomado.

Esto quiere decir, en mi opinión, que nuestra carta al Vaticano, junto a otras concausas, que se han recibido y se reciben en las distintas diócesis y que éstas envían a los correspondientes dicasterios de la curia, se están tomando en cuenta.  Espero seguir recibiendo información y que otros la consigan.  

Un abrazo,

Alberto Moncada

enero 20, 2008 at 9:22 pm Deja un comentario

«Benedicto XVI es consciente de errores teológicos en el Opus Dei»

Nota de Opuslibros.org

Si publicamos este artículo de prensa es por las alusiones directas que se hacen al Opus Dei. Y en especial por esta frase: «Si Ratzinger actuará también contra el Opus Dei, el buque insignia del pasado pontificado, queda todavía abierto. El periodista alemán Heinz-Joachim Fischer asegura en su biografía del Papa que Ratzinger es consciente de errores teológicos en el Opus, (…)»

 

La Compañía de Jesús inicia hoy congregación para elegir a superior

 

Roma. Italia. EFE. DPA.- La Compañía de Jesús inicia mañana, lunes, en Roma, su 35 Congregación General, durante la que elegirá a su nuevo superior, que sustituirá a Peter-Hans Kolvenbach, y tratará temas relativos al futuro de la orden.

La reunión, que no tiene fijada duración y en la que participarán 225 jesuitas, de ellos 217 electores, comenzará con una misa en la iglesia de Jesús de Roma, donde está el altar que custodia los restos de san Ignacio de Loyola, su fundador.

Kolvenbach presentará su renuncia al cargo al empezar la asamblea por razones de edad, cumple 80 años en 2008, y porque lleva 24 como máximo responsable de la orden, razones aceptadas por el papa Benedicto XVI.

Según las Constituciones jesuitas, el cargo de Prepósito General es vitalicio y sólo se elige uno nuevo en caso de fallecimiento, por enfermedad grave o si, en conciencia, él mismo considera que debe renunciar.

Para elección del máximo responsable de los jesuitas no hay candidatos y se hace por mayoría en una votación secreta.

Kolvenbach declaró esta semana a Radio Vaticana que en la reunión de la Congregación General se trazará, con el nombramiento de su nuevo superior, el proyecto de la compañía para este siglo, pues «eligiendo uno u otro, entre los miles de jesuitas capaces de serlo, la Compañía dice lo que espera para su futuro».

El provincial de la Compañía de la región Bética, Francisco José Ruiz, no descartó recientemente la posibilidad de que el nuevo Prepósito General proceda del Tercer Mundo.

En medio del apoyo de algunos de sus miembros a la Teología de la Liberación en América Latina y otros disensos doctrinales, Juan Pablo II actuó con mano dura con la Compañía de Jesús y en 1981, cuando su superior Pedro Arrupe se veía afectado por una grave enfermedad, llegó a nombrar un delegado pontificio para que tomara las riendas de la orden.

El sucesor de Arrupe, Kolvenbach, quien se dispone a abandonar el cargo al comienzo de la Congregación General de la orden, consiguió ganar de nuevo la confianza de Karol Wojtyla y llegó a ocupar varios puestos en congregaciones y comisiones de la Curia Romana.

Pero en general corrieron durante décadas ríos de tinta acerca del desplazamiento sufrido por los jesuitas en los favoritismos del Papa en beneficio sobre todo del Opus Dei. Wojtyla confirió al Opus su forma jurídica definitiva, la de prelatura personal, única en la Iglesia, y canonizó a su fundador, Josemaría Escrivá de Balaguer, mientras crecía el número de sus representantes en los despachos vaticanos y en puestos episcopales, sobre todo en América Latina.

No obstante, con Benedicto XVI el avance del Opus Dei en el gobierno de la Iglesia parece haber llegado a su fin, al igual que la pérdida de poder jesuitica y de otras órdenes tradicionales. Una prueba clara es la sustitución del afamado portavoz de la Santa Sede durante el anterior pontificado, Joaquín Navarro-Valls, miembro numerario del Opus Dei, por el jesuita Federico Lombardi, también director de Radio Vaticano y de «L’Osservatore Romano», el diario oficial del Papa.

A mediados del mes pasado el pontífice nombró además obispo auxiliar de Madrid al secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española, Juan Antonio Martínez Camino, el primer jesuita de la historia que alcanza un puesto episcopal en España.

Pero también por citar algunos ejemplos, el secretario de Estado, después del Papa el puesto más importante en el Vaticano, es ahora un salesiano, Tarsicio Bertone, y el nuevo prefecto de la Congregación para el Clero, de la que dependen los más de 400.000 sacerdotes católicos de todo el mundo, es un franciscano, Claudio Hummes. Instituciones católicas de creación más reciente han sido obviadas en los nombramientos más importantes.

Con respecto a algunos de los grupos en los que se apoyó su predecesor, Joseph Ratzinger, otrora prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ha optado más bien por poner orden. Así, el Camino Neocatecumenal, del español Kiko Argüello y con cientos de miles de seguidores en todo el mundo, recibió al principio del pontificado una carta en nombre del Papa en la que se le daba un ultimátum para modificar su manera de celebrar la misa, un elemento central de su carisma.

Benedicto XVI inhabilitó también públicamente al fundador de los Legionarios de Cristo, el sacerdote mexicano Marcial Maciel, después de ser acusado de pederastia por ex miembros.

Si Ratzinger actuará también contra el Opus Dei, el buque insignia del pasado pontificado, queda todavía abierto. El periodista alemán Heinz-Joachim Fischer asegura en su biografía del Papa que Ratzinger es consciente de errores teológicos en el Opus, pero que en sus tiempos de prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe no actuó contra ellos en vista del trabajo del grupo en pro de la Iglesia.

Fuente: La Nación (Paraguay)

enero 7, 2008 at 10:12 pm Deja un comentario

¿Cómo capta el Opus Dei a los menores de edad?, ¿Cómo les endosa una «vocación divina» con 14 años?

 

Documento interno del Opus Dei:

 

27 PASOS PARA QUE PA [PIDA LA ADMISIÓN EN EL OPUS DEI] UNA AL MES

(Delegaciones de Madrid)

-Una chica que no conozca nada, en 6 meses pa

 

1.    Conocerla.

2.    Quedar para salir a hablar de pájaros y flores.

3.    Fomentar la amistad: deporte, excursiones, aprovechar planes divertidos que se monten desde el ctr [centro].

4.    Pisar el ctr.

5.    Empezar a estudiar en el ctr.

6.    Visita a los pobres.

7.    Encargo material o ayuda en el centro: hacer el turno, poner ornamentos, etc.

8.   Meditación.

9.   Traer alguna amiga por el ctr.

10.  Charla de formación, si es posible con amigas.

11.  Oración: enseñarle y quedar todos los días para hacerla, proporcionarle tema y siempre recoger lo que haya sacado.

12.  Dirección espiritual.

13.  Hablar todas las semanas: fijar día y hora.

14.  Círculo.

15.  Plan de vida I (10′ de oración, ángelus, visita, 3 días Misa).

16.  Curso de retiro.

17.  Plan de vida II (15′ de oración, ángelus, visita, Rosario, 3 días Misa).

18.  Convivencia de fin de semana.

19.  Libro sobre la Obra.

20.  Plan de vida III (20′ de oración, ángelus, Misa todos los días, visita y rosario).

21.  Película de nuestro Padre: devoción a nuestro Padre.

22.  Convencer al cl [Consejo local].

23.  Hablarle para pa [pedir admisión] y visita a los pobres de la Virgen, si no ha hecho.

24.  Conversación con la d [directora].

25.  Preparar conversaciones breves con el sacd [sacerdote]: que pase y le cuente lo que va viendo en la oración y sus propósitos.

26.  Romería para pedir luces.

27.  Carta.

***

Ver también:

La técnica sectaria del proselitismo en el Opus Dei

La trampa de la vocación al Opus Dei

La situación actual del Opus Dei en España

La decadencia del Opus Dei

diciembre 30, 2007 at 3:37 pm Deja un comentario

En el Opus Dei NOSOTROS vivimos la caridad sólo con NOSOTROS… y somos muy normales.

 

 Publicado originalmente Opuslibros.org

Desde luego… tanto hablar de que NOSOTROS, los del Opus, somos gente normal, NOSOTROS somos personas corrientes, que NOSOTROS tenemos «lo raro de no ser raros», NOSOTROS sabemos lo que es secularidad, NOSOTROS vivimos la libertad personal, NOSOTROS somos «libérrimos»…

 

Tanto hablar de la caridad… ¿qué caridad?

 

…y como NOSOTROS somos tan «libérrimos» y tan «normales» la gente de fuera no nos entiende… porque -los de fuera, no NOSOTROS– tienen una mentalidad sectaria y no entienden que NOSOTROS poseemos «la libertad de los hijos de Dios»…

 

Como dice el refrán: «dime de que presumes y te diré de lo que careces».

¡¡¡Cuantas normas, cuantos reglamentos, disposiciones y leyes secretas y retorcidas!!! No me atreveré a amar a Dios si -para ello, según el Opus- tengo que doblegarme a los miles de preceptos de la Obra. Además, leyendo los documentos internos del Opus Dei queda claro que al Opus sólo le importa el Opus… además, ¿a quién se le ocurre reglamentar hasta como han de donarse los órganos?, a mi esto no me lo explicaron cuando pité…

 

¡QUÉ TRISTE ESTUPIDEZ!

 

Yo también agradezco mucho a las personas que están dentro del Opus el trabajo que se han tomado para sacar documentos que yo (que también sigo dentro) no habría podido leer nunca. Leo horrorizado en Experiencias de las labores apostólicas el siguiente apartado..

Donación de órganos y de sangre

Si a un miembro de la Obra se le planteara la posibilidad de donar un órgano en vida, debería valorar atentamente la doctrina moral sobre este punto, sin olvidar -al aplicar esa doctrina a su caso- que se ha comprometido a entregarse con todas sus fuerzas para servir a Dios y a todas las almas, en la vida ordinaria. Ciertamente, hay situaciones en las que la donación de un órgano en vida es conforme al orden de la caridad, por la existencia de un vínculo muy estrecho entre el donante y el enfermo: ya sea natural (por ejemplo, la donación de un padre a un hijo), o sobrenatural (como podría ser en algún caso la donación a un fiel de la Obra). Sin embargo, fuera de las situaciones de este género, verdaderamente excepcionales, sería difícil que la donación de un órgano -como un riñón, o parte del hígado- fuese un acto de caridad ordenada, si se previese que limitaría seriamente la disponibilidad para las tareas apostólicas, que cada uno debe mantener de acuerdo con su situación en la Obra, como Numerario, Agregado o Supernumerario.

Claro, porque NOSOTROS nos hemos comprometido a servir a la Obra y para NOSOTROS lo único importante es la Obra y LA CARIDAD DEBEMOS PRACTICARLA CON LA OBRA… y vivir la caridad con la Obra es hacer mucho apostolado… Mucho apostolado del NUESTRO de ese que tiene por objeto que el pipiolo de 14 años decida para toda la vida que se queda con NOSOTROS, en NUESTRA casa y será siempre de NOSOTROS o arderá en el infierno. 

Y si un amigo mío necesita de un órgano porque ha tenido un accidente con el coche, pues para NOSOTROS mejor que se muera… porque donarle un órgano NO SERÍA CARIDAD ORDENADA. Pero si un «hermano» mío de la Obra necesita algo, yo se lo daré… aunque no le conozca de nada… porque la caridad bien entendida -para NOSOTROS– empieza y termina en NOSOTROS.

Un «hermano» mío de la Obra, que cuando me vaya del Opus Dei dejará de saludarme si me ve por la calle y le dará igual si me parte un rayo.

 

Pero, ¿ES ESTO CRISTIANO?

«amarás al Opus Dei sobre todas las cosas»….no, no, esto no me suena a Jesucristo… aunque NOSOTROS es lo que hacemos… y ¡¡¡así nos va!!!, a NOSOTROS

 

Sigamos leyendo:

Antes de tomar la decisión de donar un órgano en vida, los fieles de la Prelatura y los socios de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz piden consejo a los Directores. Los Numerarios y los Agregados, para realizar una donación de este tipo, deben contar además con el consentimiento del Padre, por razón de la disponibilidad que es propia de su compromiso en la Obra.

¿DISPONIBILIDAD?, yo creía que los cristianos tenemos que estar disponibles para servir a los demás, pero otra vez me equivoco. Menos mal que el Opus Dei me orienta con sus «criterios» que si no tal vez se me ocurra hacer algo desinteresadamente por mi semejante y acabe en el infierno. Sólo hemos de estar dispuestos a servirnos a NOSOTROS

¿Pedir permiso a los directores?… vamos a ver… o sea que si, por ejemplo, mi novia necesita algo, tengo que llamar al director a ver que le parece, a ver si mi caridad es ordenada o no. No vaya a ser que no esté viviendo bien mi compromiso con la Obra, porque la caridad NOSOTROS la practicamos con un ente que se llama Opus… y eso que no soy numerario o agregado porque ¿PEDIR PERMISO AL PADRE?… ¡¡¡¡menos mal que somos católicos corrientes y libérrimos!!!!, que si no… Pero si nos estaban vendiendo que el Opus Dei forma parte de la estructura jerárquica de la Iglesia… como una Diócesis y ¿¿¿acaso un católico normal tiene que pedir permiso a su Obispo para donar un órgano??? ¡¡¡¡Cuantas trabas idiotas para la caridad!!!!

Claro, así no es raro que cuando tengo que explicarle a uno de san Rafael todo lo libres que somos NOSOTROS, pues no me dé la gana…

Y esto es lo peor:

(…) Por lo que se refiere a la donación de sangre (…) la conveniencia de donar periódicamente depende de las circunstancias. Para bastantes personas será un modo adecuado de hacer algo por los demás; a veces, una de las pocas manifestaciones concretas de servicio que pueden practicar y que de hecho practican. Para otros, que ya dedican su vida y toda su sangre, por decirlo así, para servir a los demás, es sólo una posibilidad entre muchas, y no de las más importantes. En el caso de un miembro de la Obra no sería acertado que, por donar sangre habitualmente, descuidara la labor apostólica ordinaria en su ambiente profesional, o los encargos que ha recibido. Como es natural, la prudencia les llevará a consultar antes de asumir este tipo de compromisos.

«Para bastantes personas será un modo adecuado de hacer algo por los demás; a veces, una de las pocas manifestaciones concretas de servicio que pueden practicar y que de hecho practican»… o sea, para la pobre gente desgraciada que no es como NOSOTROS, quizá sea lo único que alcancen a hacer por los demás. Pero, «para otros, que ya dedican su vida y toda su sangre, por decirlo así, para servir a los demás»… o sea que NOSOTROS que ya damos toda nuestra sangre (¿¿¿¿¿?????) por los demás tenemos otras cosas que hacer, como -por ejemplo- dedicarnos a NOSOTROS. Dedicarnos a contemplar «la hermosura sobrenatural de nuestra madre guapa», ya que NOSOTROS tenemos que cuidar NUESTRA labor apostólica y NUESTROS compromisos con NOSOTROS, porque la caridad se vive con la Obra (NOSOTROS) y vivirla con otros es un desorden. Porque NOSOTROS estamos muy a gusto con NOSOTROS y nuestros riñones e hígados son para NOSOTROS y los demás… ¡¡¡¡que se mueran!!!

PERO, yo creía que el verdadero apostolado cristiano es VIVIR LA CARIDAD con los otros. PERO NO, gracias al Opus Dei sé que la caridad es cosa NUESTRA.

Desde luego, ¡¡¡que razón tenía escriBa en su escrito «El pecado de soberbia del Opus Dei«!!!

Un saludo a todos los que no sois de NOSOTROS!

Raúl

diciembre 22, 2007 at 1:33 pm Deja un comentario

La Técnica Sectaria del proselitismo del Opus Dei

LA TECNICA SECTARIA DEL PROSELITISMO DEL OPUS DEI

Publicado originalmente en OpusLibros.org 

Sumario:

  1. Los riesgos de la acción proselitista.
  2. La manipulación de los jóvenes.
  3. El itinerario de captación.
  4. La táctica coactiva del proselitismo.
  5. El aislamiento del propio entorno.
  6. La vocación «divina» al Opus Dei.
  7. Conclusión.

El número 295 de la 7ª redacción del Catecismo de la Obra se abre con esta escueta frase: Los fieles del Opus Dei viven personalmente el proselitismo con el convencimiento de que es Dios quien llama a las almas. ¿De verdad es así? Tengo mis dudas. Sea como fuere, a la luz de ese principio conviene reflexionar sobre las causas de la sequía actual de vocaciones. Y reconocer el hecho es el obvio presupuesto para entender que algo no agrada a Dios en el «apostolado» que promueve la institución, a través de su Prelado y Directores. La negación de la evidencia, la ocultación o el maquillaje de los datos ciertos, recuerdan más al comportamiento de Adán después del affaire de la manzana, cuando llamado por Dios se oculta al verse desnudo.

Las causas de la crisis actual del Opus Dei son variadas y diversas, sin duda, pero no es difícil conectar la «sequía» de hoy con los métodos que se vienen practicando para el reclutamiento de nuevos adeptos o, dicho de otro modo, con el tipo de pastoral vocacional seguida en el Opus Dei durante estas últimas décadas. De ahí la utilidad de considerar esos métodos, en sí mismos, porque son ya demasiadas las conductas denunciadas por muchas personas, de distintos lugares y ambientes, que ya no es sólo conjetura pensar que algo no agrada a Dios, así como otras conductas no van acordes con el sentir eclesial.

El testimonio de Miguel, publicado en esta web hace poco más de un año, es paradigma de muchos otros parecidos y habla por sí mismo. Por eso la descripción fría y desapasionada de la realidad puede ayudar a comprender mejor qué está sucediendo y tal vez ayude a liberar algunas «presas» de los lazos en que a veces se enredan o se les enreda. Durante estas últimas semanas se han hecho aquí observaciones muy certeras que iluminan el tema desde distintos ángulos. Mis líneas de hoy son un modesto complemento y, por eso, tal vez reiteren algunas consideraciones que otros han hecho. No me interesa tanto la originalidad como la descripción acertada del cuadro en su conjunto.

Y, en efecto, no es difícil coincidir en el diagnóstico de que los métodos practicados en el Opus Dei -para «reclutar» vocaciones- se asemejan a una «cadena de producción» en serie, con técnicas propias de las sectas, más que al discernimiento espiritual que siempre debería hacerse ante lo que es sólo un don de Dios: es decir, la vocación, una específica llamada a la entrega total de la persona, a una plenitud de «servicio de amor» desde la totalidad personal.

1. LOS RIESGOS DE LA ACCIÓN PROSELITISTA

La pérdida del horizonte sobrenatural es uno de los mayores peligros en esta acción de proselitismo y, de ahí, muchas de las connotaciones negativas que conlleva el término. Es como si conservara el eco de las palabras de Jesús a los fariseos: removéis cielo y tierra para conseguir un prosélito y luego lo hacéis devoto de vuestras tradiciones. ¡Cuánto de esto hay -o había en otros tiempos- en las instituciones de la Iglesia!

Sin embargo, José María Escrivá siempre tuvo claro el carácter divino, sobrenatural, de su personal llamada a la fundación del Opus Dei y, en consecuencia, entendía que igual debería ser la conciencia de cuantos pidiesen la admisión en su Obra. El proselitismo no era ni podía ser un reclutar miembros a toda costa, sin la convicción de una llamada específica de Dios: en el peor de los casos, a costa del discernimiento vocacional.

Por eso, no puede confundirse la pastoral vocacional con otra cosa bien distinta: el convertir a sus agentes en sujetos infalibles del discernimiento de «aquello» que proponen y «sobre» quienes lo proyectan. O, dicho de otro modo, no existen «agentes de pastoral» que por sí mismos «crean» -otorgan, suscitan- las vocaciones, con sus tácticas o sus estrategias. Pero lo cierto es que resulta muy fácil influir en los jóvenes, sobre todo cuando han recibido de Dios un natural generoso y magnánimo: su ausencia de experiencia, el despertar de los entusiasmos afectivos , y también la natural falta de madurez, les suelen dejar inermes ante las influencias de aquellos otros en quienes depositan su confianza.

En estos casos, la posibilidad de aprovechar para sí -para los propios proyectos y planes trazados- tan buenas disposiciones, tantas cualidades y energías inexplotadas, es una tentación próxima si no se actúa con extremada finura interior y si no existe una indubitada rectitud de intención. No es difícil en efecto revestir las motivaciones espurias bajo el disfraz del celo apostólico.. Por eso mismo, la experiencia de la secular tradición eclesial ha hecho que el magisterio ordinario haya insistido en la obligación de respetar y de favorecer las decisiones plenamente libres, maduras y espontáneas.

Así, por ejemplo, el Concilio Vaticano II ha subrayado esos aspectos en sus decretos Optatam totius (números 6 y 12) y Perfectae caritatis (número12). Y, en su estela, el venerado Pablo VI insistió -en su encíclica Sacerdotalis coelibatus– en la necesidad de informar a todo «candidato» sobre las dificultades e implicaciones todas de sus decisiones de entrega. Una probada experiencia es lo que ha llevado a prevenir que, en estos asuntos, no debe forzarse nunca las conciencias con argumentos «religiosos», que resultan falsos y falaces, ya que no se instalan en el lenguaje ni en las actitudes amorosos del hacer divino.

La respuesta a una vocación divina nunca es interiormente forzada ni menos resultado del cálculo miedoso, por ejemplo: porque «si no me entrego, pondré en riesgo mi salvación eterna», o porque «jamás seré feliz si no soy generoso, como me dicen», o argumentaciones análogas. A una llamada de amor, no cabe más respuesta que el amor desde el amor interpersonal. En fin, jamás un camino de entrega debería emprenderse mediando ignorancia sobre los compromisos, ni engaño ni coacción moral, ni cualquier otro tipo de sugestión que disminuya el pleno ejercicio de la libertad personal.

Si alguien se sintiera en estas situaciones, el consejo inmediato debería ser que posponga su decisión, hasta que brote de un espíritu sereno, sosegado, libre, que entiende bien y quiere porque comprendió mejor. De ahí que la tradición común de la Iglesia ha considerado que es necesaria una mayor madurez humana para entregarse a Dios en celibato que para contraer matrimonio y, por tanto, la decisión tomada sin estos elementales requisitos de libertad y madurez -o cuando ésta ha sido mediatizada por la coacción sutil o el engaño- será canónicamente inválida, aparte de moralmente perniciosa.

 

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diciembre 19, 2007 at 11:31 pm Deja un comentario

LA TRAMPA DE LA VOCACIÓN AL OPUS DEI

EDITORIAL DE OPUSLIBROS 

«El Opus, dice Pániker (Raimundo Pániker entró en la Obra en 1939 y se marchó en 1966. Fue ordenado sacerdote en la segunda promoción), quiere salvar al mundo de sí mismo en nombre de Dios, pero según sus propias condiciones. Las condiciones del Opus, por supuesto, son idénticas a las de su fundador. Toda gracia que conduce a la salvación llega a los miembros del Opus Dei a través de su fundador. A través de la gracia del fundador eres lo que eres. De ahí los traumas que sufren los que se salen. Demasiado a menudo creen, y los miembros del Opus lo piensan así, que al separarse de esta fuente de gracia se ponen a sí mismos fuera de esta institución de inspiración divina e inalterablemente perfecta, y están destinados a condenarse eternamente. «El demonio actúa rápidamente -le dijo Janet Gould a su madre cuando le explicaba por qué no podía abandonar por un corto período la residencia del Opus para ir a casa de visita- y lo hará si me marcho de aqui. (Citado en el «Catholic Pictorial», 13 de septiembre de 1981. La señorita Gould ya ha dejado el Opus). El impacto sobre los miembros del Opus es predecible. Se les separa tempranamente de su familia natural. Se les enseña a creer que la salvación es imposible, ahora que son miembros del Opus Dei, sino sólo a través de la organización en la que han ingresado. Suple su vida familiar, su medio ambiente, al menos en todo lo que no sea actividad profesional y, en muchos casos, especialmente para las mujeres, también ésta. Cuando están desengañados, por tanto, el impacto emocional es aplastante. Los que quieren marcharse no tienen a nadie a quién recurrir, nadie, fuera del Opus, con quien establecer una relación lo suficientemente estrecha como para que puedan confiar en ellos. Y también han sido educados en la creencia de que al romper sus lazos están cometiendo el pecado más infame. La salvación es transmitida a través del Opus. Sin el Opus, el antiguo numerario está condenado». (Recogido por Michael Walsh, El mundo secreto del Opus Dei).

La vida, fuera de la Obra, tiene sus sinsabores y sus alegrías, es la vida misma, la de cualquier persona en medio de este mundo, sin privilegios, sin mamparas de cristal, pero sin otro sometimiento que no sea lo que tú quieras hacer, ser, pensar, y sobre todo ¡vivir y respirar! En la Obra empequeñecen a Dios y le hacen cómplice de una increíble tela de araña para tenernos bien aferrados con frases tan engañosas como «la infidelidad [al Opus Dei], romper la unión con Dios, eso es lo grave» (Escrivá). ¡Ahí está la trampa! Míralo de la siguiente forma:

Para Escrivá, irse de su obra es igual a… ¡romper la unión con Dios! (¿Cuánta soberbia se necesita para hacer una afirmación semejante?). Irse de la Obra no es abandonar la Iglesia ni dar la espalda a Dios, porque la Obra no es la Iglesia y la verdadera Obra de Dios es Jesucristo.

En primer lugar, tu vocación se le inventaron, «la vieron» ellos, pero tú fuiste captado por un proceso de «enamoramiento» o de atracción o de coacción (recuerda cómo entraste a la Obra). Aún así, si hubieras tenido vocación -¿acaso podrías elegir tener vocación de «supernumerario a los 14, 15, 16, 17 ó 18 años?,¡No!- tenías vocación de numerario/a porque el/ella -junto al sacerdote de la obra con el que te confesabas- «lo habían visto en la oración» o de agregado/a si tu nivel social o tu educación, tus peculiaridades e incluso tu físico no era el deseado, o de numeraria auxiliar, si te sacaban de un pueblo, sin estudios, de clase humilde, de donde «unas señoritas» te llevaban a la capital a «estudiar», a «formarte» (con la tranquilidad que les quedaba a tus padres porque ibas a labrarte un futuro mejor).

Se inventaron tu vocación e involucraron a Dios haciéndote creer que Él era el que te pedía «eso». Y tú acabaste por aceptarlo «Dómine, ut videam!», «No querrás ser como el joven rico del Evangelio al que Jesús le dijo ‘sígueme’ y al no hacerlo se quedó triste»… y tantas frases parecidas.

En cualquier caso, no seguir en una organización no es ser infiel, es una elección y la vida está llena de ellas. Imagínate que has firmado un contrato para trabajar en una empresa y cuando llevas un tiempo allí, ves que no tiene nada que ver con lo que te dijeron que era. No te gustan sus métodos de trabajo, ni te convencen sus objetivos, ni te sientes a gusto. Si decides rescindir el contrato y buscar un sitio mejor donde corra el aire, ningún estatuto ni ninguna rama de ningún Derecho, ni el sentido común tipificarían tu caso como «el del empleado infiel que quiere romper su relación con Dios».

Imagina que estás casada con una persona que te maltrata y llevas años aguantando la situación. Si te atrevieras a plantarle cara, a denunciarle y a marcharte de su lado, ¿alguien podría acusarte de que si le abandonas, estas siendo infiel? Y si por ende, alguien te dijera que además de serle infiel, lo grave es que has roto tu relación con Dios, ¿estaría en su sano juicio quien así intentara convencerte de que siguieras aguantando? ¿Crees que Dios querría que siguieras soportando los malos tratos y que no te defendieras?

Piensa por un momento en las personas que se asocian o ingresan en alguna institución religiosa. Si en un momento de su vida creen y tienen la seguridad de que eso que eligieron ya no es lo que quieren, o ya no les vale, o creen que su evolución espiritual les ha conducido por otros derroteros, con la misma libertad que entraron (libertad que tú no tuviste), se marchan. La Iglesia, en su Código de Derecho Canónico, les ampara. Y no pasa nada, no son infieles a Dios porque a Dios se le puede servir de muchas maneras (más que servir, Dios prefiere que le quieras) y Dios sigue siendo Dios y tú sigues siendo tú y no se rompe nada, no hay infidelidad. Recuerda la frase del Padre para que no se nos olvide lo incongruente y sibilina que es: «la infidelidad [al Opus Dei], romper la unión con Dios, eso es lo grave».

Para el fundador, la «infidelidad» es irse de la Obra; da igual en qué condiciones ni por qué motivos. No respeta tu libertad, no admite que pienses por libre, no acepta que seas persona ni que seas tú mismo. Y se atreve, además, a utilizar a Dios para su propia conveniencia. Por eso equipara «infidelidad» a «romper la unión con Dios» y te hace creer que si te vas de la Obra «le traicionas como otro Judas«. ¿Cómo puede alguien pensar en su sano juicio que no admitir, no entender, no poder compaginar la teoría con la práctica del espíritu del Opus Dei, después de haberlo intentado muchas veces, es «romper la unión con Dios»? ¡Si sólo es una cuestión de salud mental! La idea de Dios tiene tan poco que ver con la desolación, con la amargura, con la tristeza, con la sinrazón, con la falta de caridad, que si Dios pudiera hablar por su propia boca te diría que Él no tiene nada que ver con el Opus Dei, que no son sus métodos, que te quiere igual dentro que fuera y, sobre todo, que no es sectario y que no se inventa organizaciones en las que el que está dentro acaba buscando razones para morir y no razones para vivir.

Irse de la Obra no es «romper la unión con Dios» ¿Qué tendrá que ver una cosa con otra? ¡Qué burda manipulación y qué fácil de desmontar! Pero, es cierto y te damos toda la razón, sólo te das cuenta de que te han manipulado o de que lo están haciendo, cuando estás fuera o estás casi a punto de irte porque tu salud psíquica y física ya no pueden más.

Rizando el rizo, si te sirve una situación que no es la tuya pero que podrían haberte influído tanto que te sintieras una mala persona por haberte ido o quererte ir del Opus Dei, recuerda este pasaje del Evangelio: «Mujer, ¿acaso alguien te ha condenado? Yo tampoco. ¡Vete en paz!«.

Y desde el punto de vista jurídico, la salida de la Obra está perfectamente legitimada en los Estatutos de la Prelatura.

Te aconsejamos que leas el capítulo III del libro de Maria del Carmen Tapia: «Crisis vocacional«. Te dará «luces» para recordarte o para que sepas cómo se utiliza el tema de la vocación en el Opus Dei. Con una explicación teológica y filosófica te lo aclarará también Antonio Ruíz Retegui, teólogo y sacerdote numerario del Opus Dei en su capítulo El sentido de la perseverancia de sus reflexiones íntimas «Lo teologal y lo institucional«. Un ex sacerdote numerario te ayudará también con su testimonio Decisión difícil, igual que puede hacerlo el escrito La vocación al Opus Dei no existe y sobre el bautismo. Lee también las reflexiones, a la luz del Evangelio, del relato del joven rico, Carta a una recién ‘pitada’ con dudas, La técnica sectaria del proselitismo del Opus Dei.

Y para ver la coacción en los argumentos que se emplean para asignarte una vocación, lee -y házsela leer a tus padres- la charla sobre la vocación del círculo. Si estás yendo a círculos, tarde o temprano te dirán eso, para que «pites». Y para comprobar la falsedad de sus actuaciones y la frialdad de sus métodos sectarios, lee los 27 pasos para que «pite» una numeraria al mes, un documento interno del Opus Dei donde se marcan las pautas del proceso de captación y de «enamoramiento» al que te someterán si estás bajo su influencia. No caigas en la trampa.

Como declaró Antonio Pérez Tenessa*: «Una vez liberado del trauma que deja la Obra, repito literalmente contigo: Yo, por mi parte, puedo seguir asegurando que no he llegado a echar de menos ninguno de sus cuidados, de sus charlas, de sus consejos, de sus diálogos, de sus apostolados, nada. Porque era eso precisamente lo que costaba y me repelía por contradictorio«. (Recogido por María Angustias Moreno en su libro, El Opus Dei, anexo a una historia).

*Antonio Pérez Tenessa pidió la admisión en el Opus Dei en 1939, fue ordenado sacerdote en 1948. Desde 1950 desarrolló el cargo de Secretario General del Opus Dei y en 1956 fue nombrado Consiliario Regional de España (cargo equivalente al actual Vicario Regional). En 1965 abandonó la institución. En 1992 publicó un artículo en el diario español «El País» titulado: «No hablaré mal de la Obra«.

Otro testimonio más que te hará pensar y hará pensar y recapacitar a los reclautadores de vocaciones: «Los «pitajes» a granel y la vocación al Opus Dei«. Y otro: «La seducción del cariño: orígenes de una vocación«

diciembre 19, 2007 at 11:52 am Deja un comentario


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